Category "Prensa"

Nota de Annabella Quiroga publicada en clarin.com el día 11/09/2018 – https://www.clarin.com/economia/economia/argentina-dolariza-economia-ecuador_0_ryn-iLHdQ.html

Crisis cambiaria

¿Por qué Argentina no dolariza su economía como Ecuador?

En medio de la depreciación del peso, algunos analistas proponen adoptar el esquema que rige en el país sudamericano desde el 2000.

 

Para la mayoría de los economistas, dolarizar no es la solución.

Es un clásico de la historia argentina: cada vez que la economía empieza a complicarse aparecen los cantos de sirena auspiciando soluciones mágicas. Esta vez, con el peso devaluándose 100% en lo que va del año y la inflación encaminándose a romper el techo del 40% anual, vuelven a escucharse voces en favor de la dolarización. Sin embargo, los analistas consultados por Clarín coincidieron en que adoptar al dólar como moneda nacional no soluciona los problemas económicos y deja al país con menos herramientas para poder salir de la crisis.

La opción dolarizadora la puso sobre la mesa el Wall Street Journal. La periodista Mary Anastacia O’Grady sostuvo en una columna de opinión que Argentina debería “adoptar el dólar” para, de una vez por todas, “terminar con la miseria causada por el peso.

«Ahora los mercados predicen que la economía se contraerá más del 2% este año y que la inflación llegará al 40%. La pregunta que parece estar en boca de todos: ¿por qué vuelve a suceder, bajo un presidente que debería representar el cambio? La respuesta: porque Argentina todavía tiene un Banco Central. Para resolver el problema de una vez por todas, debe convertirlo a dólares”, resaltó.

 

Para la analista, Argentina vive por encima de sus posibilidades, con altos impuestos y regulaciones que hacen que muchas actividades no sean competitivas. “El efecto sigue siendo el mismo: deuda inflada y una economía con devaluaciones o incumplimientos, o ambas cosas”, advirtió O’Grady.

También el economista argentino Guillermo Calvo, profesor de la Universidad de Columbia que ganó relevancia mediática hace más de 20 años por haber preanunciado el efecto Tequila, abrió una puerta en esa dirección. «La dolarización es algo que hay que pensar seriamente más adelante porque eso nos puede llegar a ayudar a tener una política financiera y monetaria más confiable», dijo la semana pasada en una entrevista para el diario La Nación. Sin embargo, Calvo aclaró que dolarizar «no aliviaría los problemas de deuda y de déficit de cuenta corriente, y nos quitaría un instrumento, como es la tasa de cambio, que puede ayudar al ajuste».

Con el día a día de la economía local sobre los hombres, economistas argentinos de distintas tendencias salieron a rechazar la iniciativa. Para Carlos Rodríguez -economista del CEMA y ex viceministro de Economía en el final del menemismo, cuando aún existía la Convertibilidad- la dolarización no es una alternativa. «Lo he dicho infinidad de veces: no puede dolarizarse el que no tiene dólares y nosotros no tenemos suficientes dólares. Además la dolarización no resuelve los problemas estructurales por sí sola. Dolarizar es una alternativa B frente a un colapso del peso. Por ahora eso no pasa y no hay dólares. Requeriría enormes refinanciaciones de activos en pesos. Además no resuelve problemas fiscales o estructurales. Ecuador está dolarizado y tiene igual prima de riesgo que Argentina».

 

Ecuador adoptó la dolarización hace 18 años y la mantuvo aún durante el gobierno de tinte socialista de Rafael Correa. Entre 2006 y 2014, el país andino creció a un promedio de 4,3% anual, gracias a los altos precios del petróleo e importantes flujos de financiamiento externo. La expansión de la economía y del gasto social permitieron reducir la pobreza del 37,6% al 22,5%. Pero en los últimos años la economía se viene deteriorando por la baja del petróleo y la falta de nuevas inversiones. Hoy Ecuador no tiene inflación, pero el riesgo país es más alto que el de Argentina: 757 puntos básicos contra 745.

Eduardo Blasco, de la consultora Maxinver, fue uno de las analistas convocado hace casi 20 años por el entonces presidente de Ecuador, Abdalá Bucaram en los meses previos a la dolarización. Bucaram quería que varios consultores argentinos explicaran como estaba funcionado la experiencia del 1 a 1 en Argentina. Para Blasco, dolarizar la economía argentina sería como intentar solucionar un problema de alcoholismo encerrándose en una celda. «Es un tema extremadamente debatible, cuando uno adopta este tipo de alternativas se ata de manos para hacer políticas monetarias. Es una medida simplista y extrema que no soluciona nada».

En el caso de Ecuador, que el 2000 tenía alta inflación en dólares, la dolarización funcionó al principio. «Pero Ecuador sigue con problemas fiscales y económicos y con un riesgo país alto. Sigue siendo un país muy dependiente del petróleo y de otros productos primarios y tienen una muy baja industrialización», explicó Blasco. En cambio detalla que «Perú siguió manteniendo su moneda y le fue mucho mejor que a Ecuador, simplemente se tomaron en serio las cosas«.

También Federico Furiase, de la consultora EcoGo, explicó que «sin disciplina fiscal, con bajo nivel de reservas, problemas estructurales de competitividad e inercia inflacionaria, la dolarización sólo pone los problemas debajo de la alfombra. Después, el ajuste es más agresivo». Para el economista, «dolarizando se pierde el rol anticíclico de política monetaria. La única forma de mantener un tipo de cambio real competitivo para nuestras exportaciones sin deteriorar el poder adquisitivo del salario es bajando gradualmente la inflación, para lo cual es condición necesaria bajar el déficit fiscal. Y como dolarizar no resuelve problemas de competitividad estructural, déficit fiscal e inercia inflacionaria e incentiva la dolarización de contratos en el camino, la salida no sólo es con más ajuste en variables reales, como la producción y el empleo, sino condisrupción financiera«.

Nota publicada en fortunaweb.com.ar y en la edición impresa del diario Perfil del día 21 de Enero de 2017

Cómo cuidar los ahorros con Trump en la Casa Blanca

Con un dólar más fuerte, las acciones de los bancos asoman en el momento justo. Los bonos emergentes, una alternativa moderada.

Foto: G.P.

Con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, las dudas sobre el curso de la economía parecen más que justificadas. Por ese motivo, PERFIL consultó analistas sobre cómo entender el impacto en los activos financieros locales y cuáles elegir para resguardar el patrimonio.

Carlos Donantueno, CEO de CD&A Financial Services, señaló que el mercado ya tomó nota de las medidas anunciadas por el mandatario norteamericano. “Si observamos el recorrido de la tasa a 10 años americana, que ya cedió casi 5% desde los 2,60% observados a mediados de diciembre pasado cuando la Fed incrementó los tipos en 25 puntos básicos, podríamos asumir que el mercado finalmente descontó las medidas anunciadas por Trump, habiendo incluso estimado cuántas de ellas son en verdad aplicables a la realidad”.

Con el oro en alza y el dólar fortalecido, éstas son las recomendaciones de expertos para inversiones de $ 50.000 en adelante elaboradas por la firma Maxinver:

Inversores moderados. Luego del éxito del blanqueo de capitales, la aprobación de la nueva ley de Ganancias y la estabilización de la tasa de interés americana, “los bonos emergentes resultan una alternativa de inversión muy atractiva para carteras en dólares”, señala Juan Lavagno, analista de mercado de Maxinver. En este contexto, los activos argentinos presentan los rendimientos más altos de la región. Esta situación es extensiva a una variedad de activos corporativos y provinciales. Los bonos soberanos más largos no sólo poseen una renta atractiva, sino también la posibilidad de compresión de riesgo.

Espíritus conservadores. Los rendimientos de las Lebacs –deuda emitida por el Banco Central– siguen siendo de los más atractivos ya que su rendimiento promedio es el equivalente a la tasa Badlar + 3%, asegura Lavagno. Los activos que ajustan por CER fueron incorporados a la cartera debido a que prevén una inflación para el año 2017 en el rango de 20%-22,5% anual. El bono preferido es el Discount en pesos y también ven atractivo en emisiones de empresas que ajustan por la tasa Badlar.

Corazones agresivos. En un contexto con mayor apetito por la renta variable, impulsado por la expectativa de crecimiento global liderado por EE.UU. y la expectativa de crecimiento de la economía doméstica, Lavagno considera que las acciones del sector bancario, de energía y siderurgia son una buena oportunidad. Dado que Maxinver espera una devaluación del peso de entre 18% y 20% para este año, recomiendan invertir en títulos de renta fija (soberanos, subsoberanos y corporativos) en dólares con rendimientos de 7%, siempre con “cobertura” de tasas.

Día histórico en Wall Street

El dólar terminó la semana a $ 16,19 después de descender 8 centavos ayer, y ante la perspectiva de los operadores que esperan que el tipo de cambio ronde los 15,80 y 16 pesos en las próximas semanas. Las reservas del Banco Central se mantienen sobre los US$ 40.000 millones.

En la Bolsa, el Merval superó los 19.000 puntos, en línea con Wall Street, que recibió por primera vez en 50 años a un nuevo mandatario norteamericano con signo positivo. En Buenos Aires el Merval avanzó 2,2%, acumulando un 12,5% en lo que va de 2017. Siderar captó todo el interés y se disparó 7%, seguido por Agrometal, que ganó 5,7%, en una rueda en la que se operó un monto 18% mayor al del jueves. Los bonos en dólares tuvieron una leve baja de 0,2%, explicada por una toma de ganancias.

Por Paola Quain. | Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.

Nota del Cronista del 20 de Enero de 2017

http://www.cronista.com/finanzasmercados/Recomendaciones-para-acomodar-las-carteras-al-cambio-presidencial-en-EE.UU.-20170120-0052.html

Los participantes del mercado se dividen en dos grupos: por un lado, están los conservadores, que prefieren proteger su dinero en el corto plazo y en el otro extremo, se ubican los inversores más agresivos, con rendimientos a más largo plazo.

 

Hoy llega Donald Trump a la Casa Blanca y con él, muchas dudas al sector financiero. A los inversores, poco les importa si el magnate norteamericano es misógino o xenófobo. Sus dudas pasan más bien por cuánta volatilidad puedan generar en los mercados las decisiones del flamante presidente de los Estados Unidos.

Los participantes del mercado se dividen en dos grupos: por un lado, están los conservadores, que prefieren proteger su dinero en el corto plazo y esperar hasta tener más claro cuál será el accionar de Trump; en el otro extremo, se ubican los inversores más agresivos, que buscan rendimientos a más largo plazo, sin atarse a la coyuntura. Hoy, unos y otros están acomodando sus portafolios a la era Trump y especialistas consultados por El Cronista opinan acerca de cuáles serían las mejores decisiones.

Para los más conservadores, Sabrina Corujo, Research Manager de Portfolio Personal, recomendó distribuir el capital de la siguiente manera: «40% en Lebacs; 30% en Letes en dólares; 20% en Bonar 2021, Ciudad de Buenos Aires 2021 o el bono soberano que se licitó ayer a 2022; y 10% Bonar 2024». Al momento de justificar su elección, la especialista analizó: «Es una cartera con bajo riesgo de mercado y prácticamente balanceada entre pesos y dólares. Aprovechamos la tasa real positiva que mantienen las Lebac en pesos y las Letes que, con rendimientos del orden del 3%, se ubican por arriba de lo ofrecido por otras alternativas de similar riesgo y plazo. Exponiéndonos a una mayor volatilidad, pero en la búsqueda de devengar cupones altos sin aumentar mucho el riesgo, apuntamos a una participación en bonos en dólares de la parte corta y media de la curva».

Para Marcelo Elbaum, de Maxinver, el inversor más conservador debería apuntar a dolarizarse: «Yo recomendaría invertir un 30% bonos soberanos hasta 2021, un 35% en bonos provinciales y corporativos con vencimientos entre 2021 y 2028, un 30% en bonos soberanos posteriores a 2028, y un 5% restante lo asignaría a cobertura de tasa de interés del gobierno americano. Esa cobertura implica que si la tasa estadounidense de 10 años se va a 3% o incluso más, el precio del bono va a estar resguardado. Si bien no elimina el 100% del riesgo, lo amortigua», explicó.

En un informe exclusivo para sus clientes, el equipo de research de Puente –encabezado por Ezequiel Zambaglione– recomendó a los más cautelosos posicionarse en alternativas cortas en dólares, que ofrecen protección ante las subas de la tasa de interés. «Los bonos del Tesoro de Estados Unidos que ajustan por inflación (TIPS) y los bonos corporativos de compañías estadounidense con el Grado de Inversión se presentan como las mejores alternativas. Para buscar rendimientos, los bonos argentinos en dólares con vencimientos de entre 4 y 5 años son los más atractivos, con rendimientos del orden del 5%», señalaron.

Del otro lado del mercado, están los inversores que soportan más volatilidad y se animan a esperar un retorno a largo plazo. Para ellos, el informe de Puente animó a «buscar rendimientos aprovechando las buenas perspectivas de las acciones de Estados Unidos, especialmente en el escenario de baja de impuestos, ya que en la mayoría de los escenarios ofrecen mejores retornos esperados que los bonos». Sobre el equity americano, el paper agregó: «Las acciones de compañías que generan sus ingresos mayormente en los Estados Unidos son particularmente más atractivas, ya que se verían más beneficiadas por el recorte de impuestos y menos afectadas ante un escenario donde Trump cumple su promesa de proteger la industria mediante la suba de aranceles a las importaciones», dijo Puente.

Sabrina Corujo, por su parte, considerando una cartera más agresiva, recomendó destinar un 25% a acciones (Pampa, Banco Macro, Holcim, Cresud y Transportadora de Gas del Sur), un 20% a Lebacs, un 25% a Bonos Discount (DICA), un 10% en Bonar 2046 y/o PARY y un 20% en Bonar 2024 y/o el nuevo el bono soberano a 2027 emitido ayer. «La mayor apuesta, tanto en términos de rentabilidad como de riesgo, se centrará sobre las acciones –en donde seguimos siendo positivos bajo un horizonte de mediano plazo por fundamentos y flujo– y en la parte más larga de la curva en dólares, con posiciones que superan el 35%, para lo cual nos basamos en la posibilidad de que Argentina comprima spread de riesgo de con respecto a la región».

En el caso de Marcelo Elbaum, un portafolio más agresivo en la era Trump debería contener un 20% en acciones (15% en Bancos y 5% en YPF), un 15% de Lebac, un 10% en bonos ajustables por CER a largo plazo, un 5% de títulos que ajusten por Badlar, un 20% de bonos provinciales y corporativos en dólares con vencimientos entre 2021 y 2028, un 25% de bonos soberanos en dólares con vencimientos posteriores a 2028, y un 5% de cobertura de tasa del gobierno americano.

«Si las medidas que promete Trump alientan el crecimiento global y eso se suma al repunte local, las acciones podrían salir favorecidas. Además, considerando que prevemos una devaluación del peso entre 18% y 20% para este año, resulta atractivo invertir en títulos de renta fija (soberanos, subsoberanos y corporativos) en dólares con rendimientos por encima de 7%, siempre con cobertura de tasas internacionales», comentó Elbaum.

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